Todos, en un momento u otro de nuestras vidas, hemos tenido contacto con personas que parecen no estar conformes con nada de lo que les rodea. Se trata de individuos que nos causan agotamiento, infelicidad y malestar. El daño que estas personas ocasionan en su entorno hace que los denominemos “gente tóxica”.

Tras estas personalidades nocivas se esconde habitualmente un deseo de atención, compasión o poder. No todas responden al mismo perfil. Algunas personas tóxicas convierten la queja en su forma de vida. Otras son personas chismosas que difunden rumores inciertos, tergiversando la realidad, con la finalidad de crear hostilidad dentro del grupo. Otra característica que suele darse en ellas es el narcisismo, necesitan ser admirados y por lo tanto intentan hacer daño a todo el que les haga sombra. Hay algunos a los que la envidia les provoca un malestar que sólo calman descalificando al envidiado.

Cómo identificar a las personas tóxicas

Identificar a la gente tóxica es fácil, normalmente suelen transmitir culpa o miedo. La autoestima de quienes los sufren se ve muy deteriorada, ya que a menudo son víctimas de un chantaje emocional que les hace sentirse débiles e inseguros.

Debemos darnos cuenta de que las personas tóxicas son egoístas, que sólo buscan su propio beneficio y conciben a los demás como un instrumento para conseguir lo que quieren.

Si alguien nos causa un malestar que hace que nuestra relación no sea satisfactoria, debemos evitar su contacto dentro de lo posible. Si se trata de gente de nuestro entorno íntimo es necesario establecer límites, aprender a decir “no”, marcar nuestro territorio y recuperar nuestra capacidad de elegir, de acertar o equivocarnos, en definitiva, tener libertad para ser nosotros mimos.

En Centro Bushell te ayudamos a aprender a decir “no” y a establecer límites ante estas situaciones. Contacta con nosotros y te acompañaremos en el camino.