La evaluación de las Altas Capacidades ofrece un enfoque integral para identificar y comprender las habilidades extraordinarias que algunos individuos poseen. En este artículo, exploraremos a fondo el proceso de evaluación de altas capacidades, analizando las distintas metodologías y herramientas que permiten descubrir y potenciar el brillante talento de los niños con altas capacidades intelectuales.

Cómo hacer una evaluación de altas capacidades

Evaluación de la inteligencia

Se lleva a cabo, fundamentalmente, a través de pruebas psicométricas. Los test de inteligencia tratan de determinar la capacidad intelectual del alumno a nivel general, en relación a unas aptitudes específicas relacionadas con aspectos verbales y manipulativos. Ejemplos de estos tests son:

  • Escalas Wechsler: WPPSI, WISC-R, WISC IV, WISC-V.
  • Escalas Kaufman: K-ABC, K-BIT.
  • Matrices progresivas de Raven.
  • Escala McCarthy de aptitudes y psicomotricidad (MSCA).
  • IGF: Inteligencia general y factorial.

De forma que, el alumnado con altas capacidades intelectuales obtiene en dichos test puntuaciones superiores a la media. Exactamente, «un alumno podrá poseer sobredotación si consigue una puntuación de CI igual o superior a 130, obtenida por la evaluación de uno o más tests de inteligencia normalizados, administrados de forma individual» (Alonso y col., 2003, citado en Barrera, 2008, p. 18). Estos resultados se deben complementar con otros datos adicionales para que, utilizados conjuntamente, la identificación sea más rigurosa y la valoración más completa, de cara a la atención educativa de este alumnado.

Evaluación de la creatividad

La creatividad es la capacidad de producir ideas y productos no convencionales, de adoptar diversidad de puntos de vista ante una misma situación o problema, de generar multitud de ideas sobre algo. Sin embargo, la actual rigidez en la estructuración de la enseñanza obstaculiza bastante que cualquier alumno demuestre su faceta creativa. Aunque otras veces esto se mezcla con la falta de formación y de experiencia del profesorado al respecto. Algunos ejemplos de estos test son:

  • Inteligencia creativa-CREA.
  • Prueba de imaginación creativa-PIC.

La obtención de puntuaciones superiores a la media (PC igual o superior a 75) nos indicará la posible existencia de altas capacidades. Sin embargo, no podemos olvidar que los tests no son útiles en la medición de determinados aspectos de la creatividad, y que, por ello, se han de completar con la observación de la conducta y la valoración de las producciones del alumno (dibujos, redacciones, interpretaciones, cuentos, etc.).

Evaluación de variables socioafectivas

Los aspectos socioafectivos afectan al aprendizaje del alumnado y, por tanto, son de gran importancia en la identificación de las necesidades educativas y en el diseño de la respuesta educativa más adecuada. Algunos de estos aspectos son:

  • Adaptación: personal, familiar, social, escolar.
  • Rasgos de personalidad: ansiedad, introversión/extraversión, etc.
  • Motivación: intrínseca, extrínseca, motivación de logro…
  • Persistencia, dedicación a la tarea.
  • Autoconcepto, autoeficacia, autoestima.

Por su parte, el estilo de aprendizaje, es decir, las estrategias y los métodos propios a la hora de aprender, es una variable importantísima en la evaluación psicopedagógica. Sin embargo, aunque las estrategias cambian en función de lo que se quiera aprender, cada uno tiende a desarrollar ciertas preferencias, que definen su forma de aprender y de afrontar dicho proceso:

  • Condiciones físico ambientales que requiere en su aprendizaje: luz, temperatura, ruido, etc.
  • Preferencias de áreas y contenidos.
  • Tipo de agrupamiento en el que mejor trabaja: individualmente, en pequeño grupo, en gran grupo…
  • Tipo de tareas que más le motivan: voluntarias, impuestas, estructuradas, no estructuradas, creativas, repetitivas, inductivas, deductivas, etc.
  • Enfoque de aprendizaje: superficial, profundo…
  • Forma de realizar el aprendizaje: investigando, razonando, construyendo, etc.
  • Actitud ante los nuevos aprendizajes: interés, curiosidad, rechazo, motivación…
  • Atribución causal de éxitos y fracasos: internas, externas, estables, inestables, controlables, no controlables, etc.
  • Ritmo de aprendizaje: rápido, lento…

La consideración del estilo de aprendizaje aporta información muy valiosa, que permite orientar la enseñanza hacia aquellas condiciones que más favorecen el aprendizaje y en las que mejor aprende el alumno. Asimismo, la evaluación de todos los aspectos mencionados puede realizarse mediante pruebas estandarizadas, cuestionarios, entrevistas, así como a través de la observación de la conducta del alumno. Algunos ejemplos de estas pruebas son:

  • SENA (Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes)
  • Cuestionarios Luz Pérez (de 5 a 12 años)
  • Inventario habilidades para profesores. Karen Rogers (2002). Versión española de Javier Tourón (2005).
  • Inventario de Padres para el Descubrimiento del Potencial. Karen Rogers (2000). Versión española de Javier Tourón.

Evaluación del contexto escolar y familiar

Es necesario determinar qué aspectos o situaciones del contexto escolar y familiar pueden favorecer o dificultar el proceso de enseñanza-aprendizaje que sigue este alumnado para potenciar, en el primer caso, o evitar, en el segundo, dichos factores. Esta información nos sirve para complementar la obtenida mediante las otras evaluaciones ya citadas. Algunos de los aspectos a los que se hace alusión son:

  • Expectativas del profesorado hacia el alumno.
  • Relación del alumno con el grupo-clase: aislamiento, aceptación, rechazo, integración, popularidad, liderazgo, etc.
  • Actitudes de colaboración y participación del alumno en la dinámica del aula y del centro.
  • Aspectos comportamentales relevantes: aceptación de normas de clase, actitudes en la relación personal con los compañeros y el profesorado (superioridad, colaboración…), etc.
  • Características del contexto familiar: estructura y composición, nivel sociocultural, recursos económicos, acceso a recursos culturales y educativos extraordinarios, relaciones del alumno con sus hermanos y con sus padres, etc.
  • Pautas educativas familiares: actitudes, interés, expectativas, criterios de uso del tiempo libre…
  • Relaciones familia-centro: colaboración, participación, intercambio de información…

La información sobre estos aspectos se consigue, principalmente, a partir de entrevistas individualizadas, la observación, el análisis de documentos (por ejemplo, el expediente académico), la cumplimentación de cuestionarios, entre otras técnicas de recogida de datos.

Evaluación del nivel de competencia curricular

Por último, se trata de valorar el nivel curricular que tiene el alumno en las diferentes áreas y materias del currículum, además de identificar lo que es capaz de hacer en relación con los objetivos y contenidos establecidos para la etapa y nivel educativo en que se encuentra. La determinación del nivel de competencia curricular se realiza con pruebas, cuestionarios también citados. El alumnado con altas capacidades puede presentar un nivel de competencia curricular superior al nivel educativo en el que está escolarizado (en todas o algunas de las materias) por lo que demanda, en función de cada caso, medidas de adaptación y enriquecimiento curricular o de aceleración y flexibilización del currículum.