Todos sabemos la revolución que ha sido el uso de redes sociales, como Facebook o Twitter, y otras aplicaciones como WhatsApp o Skype a la hora de comunicarnos, ahora podemos hacerlo de manera sencilla e inmediata con cualquier persona, independientemente de dónde se encuentre. Pero este uso no está exento de problemas.  Hoy en día dejamos buena parte de la responsabilidad del curso de nuestras relaciones en manos de las nuevas tecnologías.

Hemos querido rescatar el artículo “28 millones de parejas rompen por culpa de WhatsApp” del 2013 para ilustrar hasta qué punto esto es así.

El diario CyberPsychology realizó un estudio en el que concluyó que 28 millones de parejas rompen a causa de Whatsapp y Facebook. Según este estudio “padecemos” lo que llaman el síndrome del doble check, que es el estado de ansiedad que nos origina cuando vemos que la persona a la que hemos escrito ha visto nuestro mensaje y no nos responde.

Esto nos hace plantearnos muchas dudas sobre la calidad de las relaciones y la ansiedad que nos supone la necesidad de control ¿cómo es la comunicación con nuestra pareja para que se den estas situaciones? Situaciones que, como menciona dicho estudio, en un gran número de ocasiones llevan a la ruptura.

Mientras en los comienzos de una relación resulta muy favorable el uso de esta aplicación, según avanza la pareja puede llegar a tener efectos negativos como son el aumento del control y los celos. Es posible que estemos abusando del uso de este tipo de aplicaciones, siendo la base de comunicación de muchas parejas que, ante cualquier malentendido, no tratan de hablar con la persona implicada (ya sea por teléfono o en persona), sino que llegan a sus propias conclusiones y se enfadan con el que consideran responsable del error.

No podemos olvidar que, la comunicación, tiene dos aspectos fundamentales para que el mensaje llegue lo más claro posible a nuestro interlocutor: lenguaje verbal y lenguaje no verbal. Mediante las nuevas tecnologías (WhatsApp, Line, Telegram…) obviamos el lenguaje no verbal que, como muchos estudios avalan, es el más importante y nos centramos sólo en las palabras.

La comunicación va más allá de si se habla o no se habla, o de cuánto se habla. Tiene más que ver con lo que se dice y cómo se dice. Una mirada, un gesto, una sonrisa, el tono de voz… y, todo esto, lo perdemos debido a las redes sociales.

Aprendamos a usar las redes sociales como instrumentos que nos ayuden a mejorar nuestras relaciones y no olvidemos que, la calidad de estas, no dependen en la rapidez de la respuesta, sino en compartir también tiempo de calidad y cercanía. ¡No lo perdamos!

Eva Lorenzo de Heras